Mi vida, mi amor, mi tesoro, cariño mío, flor de mi vida, cielo, palomita mía, pichurri, hermosa, preciosa mía, dulzura, delicia de mi boca, sangre de mi sangre, ola de mi mar, naufragio mío, tormenta desaconsejada, herida del placer, catástrofe del espíritu, error que ya no se corrige, cicatriz mal averiguada, espejo sin origen, carne sin cuerpo, entraña del abismo, resto voraginoso, extremo más absoluto del silencio, terremoto solitario, acantilado de la imaginación, nocturna mía, tenebrosa, cáncer mío, espanto de mis noches, sudor de mis llagas, dolor mío, mi muerte. Perdón, ¿de qué estábamos hablando?
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Bravo! Tenías otro texto en el que hacías una transición similar, ¿no? Todo un género: auto-biografía de narrador voluble.
Mmmmmmmh, ¿puede ser esta?
https://comounlibroabierto.wordpress.com/2010/05/13/rubicon/
Sinceramente, estoy más orgulloso del título :DDD
Amor… cilla hueles.
Amor… taja. 😀
Encanto… En canto chegues a casa, lávache os pes, porca.
Ay, l’amour.